TIEMPOS DEL MUNDO

jueves, 7 de julio de 2016

JUPITER: Un mundo por descubrir

La llegada de Juno a Júpiter a inicios de semana, revive el interés por los misterios que esconde este gigantesco planeta. En efecto, luego de nueve visitas  y de una sonda que lo orbitó durante nueve años, aún quedan muchas incógnitas bajo sus nubes. Desde 1973, Júpiter ya ha recibido la visita de nueve sondas, aunque solo una, Galileo, se quedó en su órbita. En los 70, Pioneer 10 y Pioneer 11 aprovecharon el tirón gravitatorio del planeta gigante para tomar velocidad y ahorrar combustible en su viaje hacia los confines del Sistema Solar, algo parecido a lo que hicieron Voyager 1 y 2. De pasada, descubrieron su potente magnetosfera, los anillos que rodean el planeta y la actividad volcánica de su luna Io o la presencia de agua helada sobre Europa. Entre 1995 y 2003, Galileo recogió una gran cantidad de información sobre todo el sistema jupiterino y llegó incluso a fotografiar el impacto del cometa Shoemaker-Levy 9 contra su superficie. Más recientemente, Cassini, destinada a Saturno, y la sonda New Horizons, dirigida a Plutón, también han visitado Júpiter y han acumulado más información sobre el planeta gigante. Sin embargo, aún quedan misterios que resolver sobre el cuerpo más grande de nuestro sistema planetario luego del Sol. Ya en una oportunidad anterior nos referimos a la posibilidad de existencia de vida en ese gigantesco planeta, pero sólo es una hipótesis que falta ser comprobada, ya que al estar cubierta con grandes nubes no sabemos lo que oculta en su interior ¿Tal vez una supertierra? En efecto, una de las muchas preguntas que se hacen los astrónomos es que en sus orígenes Júpiter era una súpertierra que tenía el tamaño suficiente para ir acumulando a su alrededor grandes cantidades de materia de la nube primigenia que rodeaba el Sol tras su nacimiento. Los instrumentos de Juno permitirán analizar con precisión el campo gravitatorio y el campo magnético de Júpiter, desvelando la estructura interior del planeta y la masa de su núcleo. Si el resultado descarta la hipótesis del corazón rocoso, significaría que, probablemente, Júpiter se formó a partir del colapso gravitatorio de una nube de gas y polvo, en un proceso similar al que da origen a las estrellas. ¿Que sucede debajo de su atmósfera? Como sabéis, Juno recibe su nombre de la mitología romana donde era la esposa y hermana de Júpiter. En una ocasión, el dios se había encaprichado de una ninfa, Io, y envolvió la Tierra con nubes espesas para que su mujer no pudiese ver su infidelidad desde el Olimpo. Juno, sin embargo, no se dejó engañar y levantó el velo para descubrir el engaño. Algo así es lo que hará la sonda que acaba de llegar al planeta gigante. Las espesas nubes de gas ocultan la parte interior de la atmósfera, su composición, su temperatura o como se mueve debajo de la capa superficial. El gran tamaño de Júpiter y su fuerza gravitatoria le han permitido conservar una composición similar a la de sus orígenes. Debajo del manto de este planeta se puede contemplar la historia del Sistema Solar. ¿Cuánta agua contiene? Uno de los elementos más interesantes de la atmósfera de Júpiter es el agua. Por un lado, conocer la cantidad de agua que contiene permitirá saber si se formó en la misma posición del Sistema Solar donde se encuentra ahora o si lo hizo en otro lugar. Este conocimiento es importante también para entender la historia de otros planetas. Algunas teorías indican que los movimientos del planeta gigante pudieron barrer y recolocar otros planetas menores durante los primeros años de evolución del sistema planetario, y el análisis del agua en su atmósfera servirá para comprender aquellos movimientos. Otro de los aspectos interesantes es que la cantidad de agua hallada en Júpiter puede dar una idea de la que pudo haber durante la formación del Sistema Solar. Esos datos servirían de referencia para deducir de dónde pudo llegar el agua que permitió la aparición de la vida en la Tierra. ¿Podemos hallar vida en ella? Es un enigma sin respuesta. Si bien se han dado a conocer múltiples teorías acerca de esa alternativa, no tenemos certeza alguna de lo que existe en realidad. Si bien en uno de sus satélites como Europa, existen grandes posibilidades de encontrarla bajo su helada superficie - porque se cree firmemente que existe agua líquida en su interior por lo que es potencialmente habitable - en el caso de Júpiter, por lo que sabemos es gaseoso y de haberlo, podrían “flotar” sobre las nubes toxicas que rodean al planeta y serían capaces de soportar la fuerte radiación que emana de ella, tal como lo formuló en su día Carl Sagan. Aun así, la presencia o no de estas criaturas jovianas es algo que debe ser confirmado y quizás Juno podría darnos mayor información al respecto.